Obra original para banda, la Sinfonía Pachamama toma el nombre de la diosa de la Tierra del antiguo Imperio Inca. Representa la fertilidad, generosidad y abundancia en la cosmogonía andina, y sigue siendo especialmente importante para la población rural boliviana que depende de los recursos de la Tierra y que, viviendo aún de manera tradicional, le consagra rituales y ofrendas con el fin de garantizar su subsistencia.
Inspirado por sus numerosos viajes a Bolivia, el compositor evoca el carácter de las músicas indígenas del Altiplano, con temas originales de su invención, admirablemente orquestados. Cada movimiento se refiere a una danza tradicional aymara.
Philippe Buchin